
Memoria del proyecto - Del ser constructo
El sondeo informativo, la investigación artística y las innumerables conversaciones han gestado “Stigma Temporis”. El mayor motivo que esta obra pudo tener para su creación, fue el común denominador, la sensibilización por nuestra huella en el entorno.
La idea inicial se centraba en el ser constructo, concibiendo el cuerpo como contenedor y formando parte de la composición fotográfica, siendo el centro de esta envuelto en un contexto arquitectónico convirtiéndose a la vez en continente.
A medida que se desarrolló individual y de manera aunada, se fueron acercando posiciones, manteniendo inamovibles términos clave sobre los que trabajar: la arquitectura, el silencio, vacío y la danza de contrastes entre luces y sombras y la violencia. Mientras que el concepto de cuerpo se transformó en una visión del espacio deshumanizado pero con una huella de vida. El debate que se propone es, la construcción arquitectónica como un símbolo del ser humano, la cual se ve de igual manera afectada por el tiempo y por el mismo individuo, dejando una impronta, una huella, un estigma. Y como esa expresión que tiende a ser violenta nos convierte en seres humanos e inhumanos al mismo tiempo.
Las mayores dificultades radican en la composición grupal de un proyecto tan subjetivo. Crear la concordancia suficiente para formar de un múltiplo de ideas, una síntesis íntima, conectiva y funcional, alejada de “la mirada del fotógrafo”. Comenzamos con dos visiones conceptuales y formales muy diferentes, con unos referentes muy distanciados.
Dos vertientes que, conceptualmente podían hermanarse, pero formalmente no tenían puntos comunes, hasta la creación del mapa conceptual grupal. La confrontación de ideas estéticas
tomó una forma más consensuada. Esta visión se unifica todavía más con el uso formal del monocromos, la escala de grises, contrastes de luz muy marcados y la estética de privacidad de una cápsula del tiempo como libro de artista.
En cuanto a proyecto de desarrollo posterior, se formuló como propuesta (producida y recreada satisfactoriamente) sobre la capacidad de crear una interacción directa con el espectador, ramificando la obra hacia una intervención permitida del espectador, modificación y manipulación violenta de fotografías en base a la intimidad subjetiva que le transmita a cada uno, y su posterior exposición junto con el resto de la obra conjunto.
La permisividad de la intervención demostró el interés por la la obra en sí, por generar y a su vez formar parte de ella, logrando así una simbiosis entre espectador, obra y performance in situ.
El mayor éxito de un proyecto de este calibre, radicó en hacer al espectador parte de ello, así como a todos y cada uno de los integrantes, creando de muchas perspectivas, un todo.